Abandonada.
Todo iba bien, estábamos riendo y cantando el “Feliz cumpleaños” a Sara. Como buena sarta de borrachos que somos, sabíamos que el ron nunca acabaría. Cuando estoy con mi grupo de amigos no tengo miedo de desbaratarme bebiendo. No es como salir con un imbécil al cual no conozco mucho, que tratará de reventarme las nalgas si me llego a pasar de copas. Por lo tanto, esta noche soy libre de embriagarme hasta la inconsciencia. Así que, vasos van, vasos vienen… Ya quiero que llegue Mauro, mi mejor amigo. Todo se torna más divertido cuando él está cerca. No necesitamos poses, ni pensar demasiado. A su lado la vida fluye con naturalidad. Se preocupa por mí, más de una vez me ha sacado de situaciones en las que me he regalado en bandeja de plata a los problemas, es el mejor en serio. Hoy no sería la excepción. La loca de su exmujer apareció con su nuevo novio, quien alguna vez fue nuestro buen amigo, pero afortunadamente, se retiraron pronto de aquella fiesta. Se dice que e